Nosotras
Cómo perdurar en un planeta habitable
Las condiciones de vida en el planeta se están alterando y no sólo se extinguen especies animales y vegetales, sino también prioridades humanas. Por muchas ilusiones que se puedan hacer al respecto, las sociedades humanas no pueden escapar nunca del todo a las determinaciones naturales. La naturaleza es ya desde hace milenios una naturaleza humanizada: no se puede analizar de forma separada sociedad y naturaleza.
Los problemas ecológicos nunca son “sólo” problemas ambientales, sino que son siempre, indefectiblemente, problemas ecológico-sociales. Es la relación entre la organización de las sociedades humanas -estructurada de cierta manera en cierto momento de su historia- y la biósfera la que causa problemas y no ninguno de los elementos de esta relación por sí solo. La crisis ecológica es una crisis social; lo que está fallando no es la naturaleza, es nuestra sociedad: su estructuración interna y sus formas de intercambio con la naturaleza.
Esto nos obliga a plantearnos cómo adaptar nuestras formas de vida y buscar definiciones de desarrollo que incluyan los imperativos de cuidar los recursos naturales, para vivir dentro de su capacidad regenerativa y apreciar el valor real de los bienes y servicios que proporcionan. El estrecho vínculo entre bienestar humano y el entorno, natural y social, convierte al origen del problema en la posible solución.
Todo cambio y desarrollo cultural implica un complejo entramado interactivo en el que se enlazan técnicas, artefactos materiales, grupos y organizaciones sociales, instituciones, bioentornos, junto con diversas interpretaciones, valoraciones, legitimaciones y cosmovisiones.
En oposición a un modelo universal, con la pretensión de ser válido para todos los países y culturas, el desarrollo sostenible debe ser entendido como un modelo de diversificación basado en la máxima pluralidad y compatibilidad intra e interculturales. Es necesario construir una base de entendimiento común, dejando abierto el máximo espacio posible a las diferencias entre las ideas y sus interacciones, para la difusión y la construcción de la(s) cultura(s) de la sostenibilidad. No podremos establecer, por lo tanto, una única idea de sostenibilidad o desarrollo sostenible, sino que éstos serán conceptos que cobrarán un significado diferente para distintas sociedades, en diferentes lugares.
El camino hacia la sostenibilidad no es solamente un proceso de cambio epistemológico y tecnológico: implica y constituye fundamentalmente un cambio moral y cultural.
Qué es CulturAmbiente
El trabajo desarrollado hasta la fecha por CulturAmbiente se ha centrado en la implementación de programas culturales de diferente magnitud y escala, con el fin de caminar en la senda de la reformulación de los parámetros cognitivo-culturales en los que se mueve la sociedad de consumo actual.
La orientación hacia prácticas artísticas específicas ha venido determinada por una consideración preferencial hacia aquellas intervenciones que demuestran una capacidad mayor de sensibilización, participación e interactividad con el usuario. En este sentido, CulturAmbiente apuesta por desplazarse entre esta tríada vectorial, buscando la inducción hacia el cuestionamiento del comportamiento en el contexto de las sociedades de consumo, reclamando la participación para la reformulación de las “formas de vida” y trabajando en interacción con las “comunidades de afectados”, en las que hoy estamos incluidos todos los seres humanos.
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